Desde su declaratoria como ciudad en 1852, Rosario tuvo un crecimiento singular entre las ciudades argentinas.
La actividad económica en base al desarrollo ferroviario y portuario hizo que se convierta en una promesa y fuera elegida por miles de inmigrantes que llegaban desde diferentes países del mundo.
No era para menos, era una ciudad joven y moderna que iba incorporaba avances tecnológicos como el tranvía eléctrico en 1906 que la emparejaba a Buenos Aires y las principales ciudades del mundo.
Rosario se caracterizó por ser fruto del esfuerzo de su población y la mayoría de los emprendimientos surgía de los emprendimientos privados ya que el estado era muy reducido y no se concebía como hoy en día.
La actividad económica en base al desarrollo ferroviario y portuario hizo que se convierta en una promesa y fuera elegida por miles de inmigrantes que llegaban desde diferentes países del mundo.
No era para menos, era una ciudad joven y moderna que iba incorporaba avances tecnológicos como el tranvía eléctrico en 1906 que la emparejaba a Buenos Aires y las principales ciudades del mundo.
Rosario se caracterizó por ser fruto del esfuerzo de su población y la mayoría de los emprendimientos surgía de los emprendimientos privados ya que el estado era muy reducido y no se concebía como hoy en día.
El servicio de tranvías eléctricos estaba a cargo de la Compañía General de Tranvías Eléctricos de Rosario C.G.T.E.R. una empresa perteneciente a la corporación SOFINA con sede en Bruselas y que además explotaba las empresas de electricidad y el puerto.
La red tranviaria tenía un plan de ampliaciones tomado en base al crecimiento demográfico de las últimas décadas, pero Rosario tuvo un explosivo desarrollo y el crecimiento poblacional fue exponencial.
Con ello no había previsión posible tanto para la demanda habitacional como para muchas otras cuestiones de salubridad.
La ciudad comenzó a extenderse más allá de los límites edilicios y se fueron creando rápidamente nuevos barrios que requerían del transporte público.
La empresa Belga no llegaba a cumplir con las metas y la municipalidad comenzaba a emplazarla.
La ciudad comenzó a extenderse más allá de los límites edilicios y se fueron creando rápidamente nuevos barrios que requerían del transporte público.
La empresa Belga no llegaba a cumplir con las metas y la municipalidad comenzaba a emplazarla.
La tensión entre ambas crecía mes a mes a tal punto que ante los reiterados incumplimientos, la Municipalidad por medio de la Ordenanza 27 de noviembre de 1923, permite el servicio de Auto Omnibus. A través de ella se invitaba a los particulares que tuvieran un vehiculo automotor a ponerlo al servicio del transporte urbano.
Se le permitía al interesado a fijar recorrido y tarifa a cambio de tributar un porcentaje al municipio.
Se le permitía al interesado a fijar recorrido y tarifa a cambio de tributar un porcentaje al municipio.
Aquel incipiente servicio de Auto Omnibus creado para competir y suplementar el deficit tranviario, al igual que la ciudad tuvo un crecimiento caótico y desmesurado.
Con las limitaciones propias de la tecnología de entonces, aquellos Omnibus presentaban fallas mecánicas y calentamiento por un lado y por el otro circulaban a una velocidad que ponía en peligro la circulación del resto de los vehículos en su mayoría a tracción a sangre.
Los años fueron pasando, el transporte automotor se iba desplegando con más unidades y recorridos en forma desordenada mientras las inversiones de SOFINA seguían siendo escasas para el desarrollo de los servicios tranviarios.
Así llegamos a 1932 en que tras un paro tranviario, el Municipio decide tomar medidas drásticas y quitarle definitivamente la concesión de los tranvías a la C.G.T.E.R.. y explotarlo en forma estatal.
Por otra parte, también era la oportunidad de ordenar todo el transporte urbano conformando una óptima red de transporte público de pasajeros.
Surge así el proyecto de crear una empresa público privada donde el municipio se hiciera cargo de los tranvías y los particulares de los ómnibus, pero ya no de forma independiente sino que conformando un sistema integrado.
Por otra parte, también era la oportunidad de ordenar todo el transporte urbano conformando una óptima red de transporte público de pasajeros.
Surge así el proyecto de crear una empresa público privada donde el municipio se hiciera cargo de los tranvías y los particulares de los ómnibus, pero ya no de forma independiente sino que conformando un sistema integrado.
El 16 de setiembre de 1932, la Municipalidad de Rosario publica en los periódicos un comunicado explicando el objeto, constitución del capital, accionistas y forma en que se pagarán los tranvías y ómnibus, llama a la ciudadanía a hacerse accionista voluntario de la Empresa.
De esta manera surge la EMPRESA MUNICIPAL MIXTA DE TRANSPORTE DE ROSARIO. -E.M.M.T.R.
La capitalización inicial de la empresa fué de 20 millones de pesos, cifra aportada por la Municipalidad en base a la deuda que asumía frente a la C.G..T.E.R. y se emitieron acciones públicas divididas en 20 series. Cada acción tenía un valor de $100 moneda nacional.
En tanto que a "la Belga" se le reconoció un abultado valor por sus bienes ($9.465.775.61) pagaderos en 34 anualidades con un interés del 4 y 3/8 por ciento. De esta manera dicha empresa abandonó un mal negocio para ganar casi 10 millones en intereses. Estos costos hicieron pesada la gestión de la Mixta, teniendo el municipio que responder.
El directorio estaba compuesto de 8 miembros, 5 elegidos por la Municipalidad y 3 por los accionistas.
El objetivo de municipalizar totalmente los servicios era evidente. Durante el primer año de operaciones la E.M.M.T.R. adquirió el material automotor en manos de particulares. Si bien muchos analistas acuerdan que los montos estaban sobrevaluados respecto a lo real, lo cierto es que se abonaron con acciones, títulos y parte en efectivo.
Sin dudas una experiencia exitosa que no solo sirvió a la prestación del servicio sino también al desarrollo tecnológico que permitió fabricar y carrozar unidades en sus talleres.
Hacia 1944 el Estado Municipal se hace cargo del 100% y la empresa pasa a denominarse EMPRESA MUNICIPAL DE TRANSPORTE DE ROSARIO - E.M.T.R.
FUENTES
Revista de la Bolsa de Comercio del Rosario * Octubre de 1947 Autor: Ing. Adolfo Lopez Mayer
Tranvias Rosarinos - Mariano Antenore
Revista de la Bolsa de Comercio del Rosario * Octubre de 1947 Autor: Ing. Adolfo Lopez Mayer
Tranvias Rosarinos - Mariano Antenore
Adrián Yodice - Archivo Buses Rosarinos
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